jueves, 10 de noviembre de 2011

Erase una vez, una historia de amor... (Segunda parte - "Incomprensible amor")


Ah...el amor!

En este estado de nuestra la historia,(escrita por Bécquer) el pávido enamorado batalla con sus amigos, su conciencia y aún su esencia; todo por cuanto es consiente de que ha puesto sus ojos muy alto; pero como ha decirle al corazón lo que sentir...


Él se aventuraba a sentir, sin tener la certeza de ser correspondido, pero, ello pasaba a un segundo plano, pues sentía, luego no pensaba, y si lo hacía poco importaba..


¿a cuántos no nos ha pasado?...

Entonces, en medio de sus conversaciones con algún amigo decía:

“¿A qué me lo decís?
Lo sé: es mudable,
es altanera y vana y caprichosa:
antes que el sentimiento de su alma
brotará el agua de la estéril roca.

Sé que en su corazón, nido de sierpes,
no hay una fibra que al amor responda;
que es una estatua inanimada...; pero...
¡es tan hermosa!..."

Y seguía cuestionándose el  que sus ojos la hubieran visto de manera diferente, por qué entre tantas, tenía que fijarse en ella...

“-Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
-No es a ti; no.

-Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,
puedo brindarte dichas sin fin.
Yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
-No; no es a ti.

-Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
No puedo amarte.

- ¡Oh ven tu!"

Pensemos un poco: buscamos un complemento, una persona que sea nuestra otra mitad, y es increíble que se fije el corazón el alguien que a simple vista resulta incompatible...

"Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No podía ser!

Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!
¡No podía ser!

Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podía ser!"


Todo eso pasaba por su cabeza, aun cuando sólo habían compartido quizá un saludo, quizá una mirada; ¿se atrevería a hablarle?, será que se atreve a averiguar si ella siente lo mismo, o habrá de morir con la duda...

To be continued...
(prosopopéyico)

No hay comentarios:

Publicar un comentario