miércoles, 4 de diciembre de 2013

Del alba al anochecer...

Zara dio una y mil vueltas en la cama esa noche, por más que lo había intentado no había podido conciliar el sueño; hacía solo unas pocas horas se había despedido para siempre del hombre al que amaba, pero con el que no podía estar…

Dicen muchos que el verdadero amor no conoce fronteras ni obstáculos; que todo lo espera, que todo lo soporta, que a todo puede hacer frente y que nada puede hacerlo menguar; y en efecto, así es.

Empero, se olvidan mencionar que ni la incondicionalidad de ese amor, o lo invencible del sentimiento, ni la grandeza del afecto, garantizan la materialización de las esperanzas de quienes así se aman… es más, en no pocas oportunidades es en nombre de un enorme amor, que los amantes se separan, y ese era su caso, y Sergio, su causa perdida.

Tomó entonces su celular y escribió:

“Ya pronto podré organizar las ideas que quiero escribirte, porque no quiero que salgan tan revueltas y desorganizadas como están en mi cabeza en estos momentos, por ahora solo quiero que sepas que estaré bien, que te he querido como a nadie y que mi cuerpo, mi mente y mi corazón han quedado impregnados de ti...

Cuídate mucho.”

Acto seguido, se tumbó en la cama intentando nuevamente dormir, pero era inútil, era como si su cerebro reviviera a cada segundo, mil y un momentos que llenaban su pecho de un cálido sentir, mientras que su cabeza, a punto de estallar, recriminaba cada una de las decisiones que había tomado hasta ese día… y así se pasó las siguientes dos horas.

De repente algo dentro de sí se movió, y le movió a desahogarse; se sentó entonces frente al ordenador, y recordando algo que alguna vez quizá leyó, o escuchó en alguna parte, (no sabía bien), escribió lo siguiente:

-Cuenta una leyenda china la historia de dos amantes que jamás logran reunirse... Se llaman Noche y Día...

En las horas mágicas del atardecer y el amanecer, los amantes se rozan y están a punto de encontrarse, pero nunca sucede, (dicen que si prestas atención puedes escuchar sus lamentos y ver el cielo teñirse del rojo de su rabia).

 La leyenda afirma que los dioses tuvieron a bien concederles algún instante de felicidad y por eso crearon los eclipses, durante los cuales los amantes logran reunirse y hacer el amor...

Tú y yo también esperamos nuestro eclipse, ese mismo que nunca se dio, y que ya no se dará; pues hemos comprendido que ya nunca volveremos a encontrarnos, que estamos condenados a vivir separados... que somos como el día y la noche.

Debes saber, que aunque no pueda verte ya… aunque mis palabras ya no te puedan tocar, y tus latidos sean ajenos a mi clamor, habré de amarte por siempre…- 

Suspiró muy profundamente, intentando ahogar el llanto que le sobrevenía, y presionando un botón envió el mensaje sin dudarlo, sin pensarlo… haciéndolo más para sí, (como una forma de hallar la paz), que para él, pues tenía la extraña certeza de que no recibiría ninguna respuesta; pero para su sorpresa, y sólo unos segundos después de haber enviado el mail, él le respondió diciendo:

 -Ahora entiendo claramente el
 por qué los eclipses son, tan mágicos...
Maravillosos…Tan esperados…

Entonces  siempre serás mi Noche...-

Ella, en medio de un gemido inaudible, sonrió… justo como sonríen las mujeres enamoradas; al tiempo en que una lágrima besaba su mejilla y recorría su rostro para morir en sus labios…

Por última vez suspiró… y sí, luego de tantos ires y venires… pudo por fin descansar.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Memoria desenterrada (II)



Estábamos ahí, un cinco de octubre de aquel año,
muchas madrugadas después de aquella vez primera,
muchas canciones después de aquellas que rompieron el  silencio...

En mi mano temblaba un sobre de azúcar con la que torpemente 
intentaba endulzar aquel café al que te invité, no podía mirarte a los ojos,
pues de hacerlo los míos se perdían en tu  mirada, así que le hablaba al café
como si de ti se tratase...

Ese primer beso, esa primera caricia, esa sensación al haber aprisionado tu mano en la mía,
la adrenalina de tenerte por vez primera, las ansias de explorar tu ser en la penumbra,
nada más importaba, nada más existía...

Los sonetos y letras que durante muchos años anidaron mi cabeza,
hoy tomaban forma, hoy tenían sentido, hoy cobraban vida,
y se mostraban a mis ojos muchísimo mas bellos de lo que jamás pensé,
pues la melodía de nuestros corazones latiendo a la par, 
resultó ser la tonada idónea para nuestro amor otoñal...

Inevitablemente esos momentos de felicidad incomparable 
contrastaban con los no pocos momentos de tristeza,
de soledad, de angustia,  y de represión a los que indefectiblemente tuvimos que vernos enfrentados,
dadas nuestras opuestas realidades, era apenas lógico esperar que así sucediera...

Una y mil veces me juré no mirarte, no quererte, no desearte a mi lado,
una y mil veces me repetí lo imposible de la situación, pero los besos bajo la fría lluvia,
los abrazos interminables en el metro,y los atardeceres frente al mar, terminaban siempre por doblegar mis intenciones.

Recuerdo cada salida furtiva,cada momento en que me escapé de clases para verte,
cada mentira piadosa, cada plan sin concretar, cada mirada disimulada, cada encuentro inesperado...

Todo...lo recuerdo todo...

Desde ese primer café, hasta aquella tarde de  besos y vodka...
Desde las cayenas de las que juntos disfrutábamos al pasear por el centro, hasta las improvisadas salidas a bailar por las noches...
Desde los muchos recitales y conciertos que juntos disfrutamos, hasta las largas llamadas de silencio interminable, en las que ninguno de los dos colgaba, pues nos bastaba con sentir que el otro estaba al otro lado de la línea...

Son tantas cosas que difícilmente podré algún día olvidar, y que había decidido enterrar,
pero que a la verdad,  no son sino gratos recuerdos de ti; de ahí que lo que inició como la exhumación de mi inerte memoria, se tornara en la grata memoración de los que hasta hoy, (y aún con todo lo malo que quieras agregarle...) han sido los mas bellos días de mi vida.

(Para: S  y Z... amigos a los que espero ver juntos, algún día)



Memoria desenterrada... (I)

Han sido tantas las promesas,
fueron tantos los adioses,
tantas y tan desordenadas las lágrimas,
tantos y tan amargos los besos de despedida...

Tanto lo vivido, tanto lo sentido, tanto lo amado,
tanto lo expresado, tanto, que aún hoy cuesta decidir,
si en realidad merece ser olvidado...

Inusitadamente apareciste en mi vida... 
Así, tan inesperada y sublime como fue mi aparición en la tuya...

 Bien recuerdo esa madrugada como si hubiese sido ayer y no hace ya seis años...

Al otro lado de la línea y en medio de penumbras, 
empezamos a hablar de nosotros, hipotéticamente claro está,
definíamos nuestra situación (o al menos eso tratábamos),
intentado rebuscar palabras para decirnos el uno al otro lo que 
ya hacía mucho tiempo nuestros ojos gritaban...

Yo pedía que mandaras señales, mientras tú anhelabas cantarme una canción, una que dijera lo que no te atrevías a decir, una que dijera quien eras, y lo muy feliz
que querías hacerme...

Confuso momento aquel en el que me sentí cien por ciento al descubierto,
tu.. una mujer hasta hacía solo unos meses desconocida, me habías visto el alma, 
y lejos de asustarte o indignarte, fascinación era lo que tu voz expresaba...

-"Y  para que lo hice...luego de esto que"... pensé vagamente por un instante, pero la euforia y la excitación que experimentaba mi corazón, no tenía igual, 
y no pensé, me dediqué a sentir, a vivir, a probar, a soñar...

 

domingo, 3 de noviembre de 2013

El tan esperado adios...

Un frio indescriptible recorrió su espalda, el llanto amenzó con llenar sus ojos y en su garganta algo se retorció negándose rotundamente a expresar cosa alguna que no fuese dolor...

Habia etendido, finalmente lo habia logrado, aunque para ser sinceros, él lo supo desde el primer momento, desde el primer beso, desde el primer te quiero...

Sin embargo decidio arriesgarse, entregó el corazon, todo el sentimiento, aún a sabiendas de que se trataba de una misión suicida, de un camino sin retorno, de un boleto directo a las más dulce de las muertes.

Tomó por última vez su mano,
miró por última vez sus verdes ojos,
y de lo mas profundo de su ser se escapó un adiós...


jueves, 29 de agosto de 2013

Ella (III)

Ella, es capaz de lograr que mi corazón se llene de sentimientos desconocidos,
de hacer que este humano egoísta piense en el bienetar de alguien más (el de ella por supuesto), antes que en el suyo propio...

Ella logra que a mis ojos las palabras canten, y las melodías inunden el mundo gris,
ella me lleva de su mano al cielo,
ella hace que para mi, el mundo sean sus hoyuelos.

Ella, sin lugar a dudas, me hace feliz...


Ella (II)

Ella es aroma, ella es recuerdo...



Ella es música y alegría, 
ella es pudor y una poca de ironía...

Ella lo es todo, aún pretendiendo ser nada...
Ella es mágica, es reina entre las hadas...


Ella es mi lecho, es mi descanso,
ella es mi cielo, ella mi llanto.

Ella es mi risa, mi simpatía,
ella mi gozo, y es mi agonía.

Ella es mi beso, ella es mi abrazo,
ella es mi luz, ella mi encanto...

Ella no es nadie, ella es solo fantasía,
ella es mi sueño, ella... mi utopía.


Ella es mi amada,
ella es mi calma,
amor de mis amores,  y alma de mi alma...


Ella... (I)

Ella... es como el  aire primaveral, 
cual la brisa fresca de una cálida madrugada,
y como el deleitoso sabor del café por las mañanas.

Ella es canto y poesía, cual melodia gloriosa de seres celestes;
hechizante danza de las hojas de otoño,
 delicada celosía de nardo y orquídeas.

Ella es pureza y fragilidad,  es diseño perfecto de la vida...
don inmarchitable del cielo, y muestra evidente del poder superior..

Ella es dueña de mis deseos, ama y señora de mis anhelos,
es motor de mi fe, y alimento de mi esperanza...


sábado, 10 de agosto de 2013

Decisiones...

"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida...así de relativo es el tiempo."  - Mario Benedetti.


Miró con desdén el reloj, que casi marcaba la media noche de un día que parecía no acabar.

Juan, un joven soñador a quien la vida y los compromisos habían obligado a madurar antes de tiempo, no veía la hora de terminar los compromisos pendientes -informes de gestión y ventas que debía entregar a su jefe a primera hora del día siguiente- para descansar por fin.

Y justo cuando el reloj marcó las doce en punto, lo que notó por un leve pitido de su reloj de pulso, algo extraño sucedió, fue como si alguien hubiese detenido el tiempo y chasqueado los dedos para despertarle de algún tipo de hipnosis o trance en el que se encontraba.

Miró nuevamente el reloj, y notó que seguían siendo las doce en punto, de un viernes, que ya había dejado de serlo... un viernes que lo había encontrado sentado en  el escritorio de su oficina, pues antes de que rayara el sol, ya se dedicaba Juan a combinar correspondencia desde  su ordenador, a fin de que todos los jefes de dependencia de la empresa tuvieran conocimiento del informe que preparaba, de los datos que de ellos necesitaría, y de la premura con que esto debía hacerse, pues Don Rodrigo estaba necesitando aquella  información para ese mismo día.

Recordó con nostalgia aquella época en que los viernes eran para sentarse a leer un libro en un cómodo sillón de Juan Valdez mientras el capuchino se enfriaba, pues nunca le gustó caliente...

Remembró aquel tiempo cuando Don Rodrigo no era Don Rodrigo, si no papá, cuando la vida tenía mas sentido que el que le dan las ventas del mes y las metas de productividad, cuando el cálido beso de la mujer amada tenía el poder de acallar el murmullo del mundo y dibujar una sonrisa en su rostro durante todo el día...¡sonreír, vaya si lo había olvidado!

Notó cómo la vida se le había convertido en trabajo, y el trabajo en vida, cómo se había esforzado por trabajar, para adquirir cosas que hoy ya no usaba, pues el tiempo que no dedicaba a sus labores, eran valiosas horas de sueño, las que por cierto cada día eran menos.

Recordó entonces los planes que cinco años atrás hacía para sí; la forma como planeaba y visionaba su vida, los viajes que deseaba hacer, la mujer con la que se quería casa, los hijos que quería tener, la pequeña casa en el campo que tanto deseó -la que ya tenía y nunca visitaba- y por primera vez en su vida sintió pena de sí.

"...Treinta años, un futuro prometedor, financieramente estable, con un buen trabajo, en una buena empresa, de una buena familia..." eran las cosas que Doña Eugenia (su madre), solía decir de él... 

Reflexiones que remataba con una severa pero realista conclusión, con la que siempre lo despedía cada que él le iba a visitar, y a la que antes de ese día, nunca había puesto cuidado: "...y sin nadie con quien compartir todo lo bueno que la vida te ha dado...",  -Otra vez con lo mismo mamá, ya para eso habrá tiempo...- respondía siempre, incomodado por los comentarios.

El recuerdo de esas palabras retumbaba en su cabeza mientras miraba afanoso a su alrededor, como quien despierta en un lugar extraño luego de haber estado dormido por mucho tiempo; apagó entonces su computadora, se retiró de la empresa, en la que sólo quedaba el vigilante nocturno, quien bien acostumbrado ya estaba a su presencia.

-Buenas noches doctor, se va temprano hoy...-

Frase a la que decidió no responder, mas por vergüenza que por otra cosa, subió entonces a su vehículo y condujo lentamente hasta su apartamento...

-Siempre quise conocer La Habana- dijo para si con cierta tristeza, meditando en lo que era su vida hoy en día, ¿se parecía acaso a lo que había soñado para sí?

Al llegar a su morada, se acostó en su cama y durmió, un largo día le esperaba  y sería mejor descansar...

A la mañana siguiente, la junta se reunió temprano, Don Rodrigo había arribado a las instalaciones de su fábrica mucho antes de las siete, y ya para las ocho de la mañana todos los subgerentes de cada una de las áreas de la compañías estaban presentes, todos tenían en sus manos la copia de aquel informe extenso y detallado que el gerente había enviado a media noche, el cual todos tenían muy bien estudiado y aprendido a fin de absolver cualquier pregunta que el dueño pudiese formular, pero faltaba algo...

Don Rodrigo inspeccionó el recinto con la mirada buscando el pálido rostro de Juan Esteban, el cual no encontró; sin embargo, como en sus manos yacía el detallado informe, decidió hacer la reunión sin el...

Pasaron las horas y Juan nunca llegó, no atendía su teléfono celular, no estaba en su casa, ni en casa de su madre, por lo que el airado hombre no dudo un segundo en sentarse a redactar él mismo un memo dirigido a su empleado por la desfachatez de no haberse presentado a trabajar; luego impartió ordenes precisas a algunos empleados y se marchó.

Transcurrió el fin de semana sin novedad alguna, y el lunes temprano cuando Don Rodrigo revisaba a eso de las cinco de la mañana su correo electrónico, quiso leer nuevamente el informe que su irresponsable hijo había preparado para el, leyó el texto del mensaje por primera vez, pues aquella mañana de sábado se había limitado a abrirlo y descargar el documento adjunto que contenía el informe pedido, y para su sorpresa leyó lo siguiente:

"Don Rodrigo,

Adjunto a este mensaje le estoy enviando el informe de gestión y ventas correspondiente al segundo trimestre del año en curso, tal cual lo solicitó.


Posdata: Una vez alguien a quien tu amaste mucho, (y a quien posiblemente aún ames) me dijo: "que no se te vaya la vida tratando de ganarla", y nunca nadie tuvo mas razón que ella.


Renuncio, se que fácil será conseguir quien me reemplace como gerente; pero a mi me será imposible conseguir una vida que reemplace la que estoy dejando de vivir. 

Te quiere, tu hijo."



El hombre estaba atónito por lo que leía, y permaneció silente por un minuto, hasta que de su duro rostro escapó una leve sonrisa al decir: -"Hijo de su madre tenía que ser..."-, llamó entonces a su secretaria y le dijo: 

-Gloria necesitamos contratar un nuevo gerente para la planta del centro... Juan Esteb... mi hijo... no estará mas al frente.-

Colgó, volvió a sonreír y marchó a trabajar...


" ¡Haz lo que te haga feliz  ríe tanto como respires, acércate a quien te haga sonreír, y ama tanto como vivas! "

lunes, 8 de julio de 2013

Confesiones de un amante insomne...

Amada de mi alma:



Estas últimas noches han sido muy largas e intranquilas. 
Diversas y confusas situaciones se han conjugado de una forma casi malvada, a fin de robar de mis ojos el sueño, y quitarle a mi mente el descanso.

Sin embargo, y aún cuando pueda sonarle reforzado o descabellado, hay algo que me está llenando el alma, haciéndome sonreír, soñar, y suspirar, en medio de esta, tan displicente realidad.

Algo que aunque nadie ve, está mas presente que nada, más vigente que nadie. 

Ojalá pudiera yo explicarle con solvencia lo que es, ojalá pudieran mis letras hacerle a ésto un poco de justicia.

Si me apurara usted a explicárselo, le diría que ésto de lo que hablo, es para mí, lo mismo que la música es al compositor; similar quizá, a lo que representa la Justicia para el jurista; cual el dinero es al capitalista, o lo que el gol es al futbolista... (Torpes comparaciones, lo sé, más en mi defensa debo decir, que le advertí lo difícil que me resulta explicarlo).

Digamos, que tal cual el girasol silvestre parece revivir de un eterno descanso, cuando los primeros haces de luz tocan su ser al rayar el alba, así mismo renace este hombre cada vez que su ser me alcanza.

Ese algo que antes se mostraba ante mi tan lejano, y aparentemente inalcanzable, ha tenido a bien mudarse a mi corazón, consiguiendo llenar con su luz y su tibieza, los más recónditos rincones de mi ser, logrando con su melodioso sonido avivar mi espíritu, y hacerme sonreír a un mundo, que antes de tenerle conmigo, no tenía para mí sentido alguno.

He llegado a concluir, que a ésto tan lejano, pero a la vez tan próximo; melodioso, y al mismo tiempo secreto y silencioso; imperfecto, pero lleno de todo aquello que deseo para ser feliz; no puedo sino llamarle AMOR, pues en últimas aquello y el AMOR, son a mis ojos una sola cosa.

No resta sino confirmar, lo que muy seguramente usted ya sospecha; y debo decirle que en efecto la respuesta a su pregunta es: SI; aquella extraña presencia al interior de mi corazón, aquello que últimamente llena mi vida, y a lo que, por indefinible que parezca, decidí llamar AMOR, no es otra cosa que su presencia.

Sepa usted hermosa dama que los latidos de mi corazón cantan la melodía de su nombre, y que aún cuando lejana está de mi su compañía, no es si no su amor lo que me desvela día tras día.




lunes, 13 de mayo de 2013

Esquelas...


"Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida, ya están medio muertos..."

(B. A. W. Rusell)



Esa mañana se sentó, como de costumbre en la vieja mecedora; la que desempolvó sacudiéndola torpemente con el periódico del día, aún cuando no era necesario limpiarla, pues su cuerpo se posaba sagradamente sobre aquel mueble todos los días durante largas horas, por lo que la madera aún cuando lucía desgastado su color, poseía un lustre envidiable.

Inició la lectura como siempre, fijándose en los titulares de las noticias que aquel 11 de Marzo llenaban la primera plana, mientras la fresca brisa caribeña movía las hojas del Roble Rosado que le daba sombra; las noticias daban cuenta de la muy cruda realidad del país y del mundo, sin embargo, tan acostumbrado estaba a leerlas, que ya ninguna lograba causarle impresión.

Fue entonces, cuando al mirar casi que por coincidencia la parte inferior de la primera plana, leyó algo que le  ocasionó el más intenso escalofrió que en su vida había sentido, sintió que las fuerzas le abandonaban, al mismo tiempo que su corazón se destrozaba en mil pedazos.

Como pudo, lentamente se reincorporó y juntó fuerzas para volver a leer aquella macabra noticia; no se trataba de alguna masacre, accidente o similares; ninguno de los muy terribles titulares que con los años había tenido que leer le había impresionado tanto.

Al final de la página, en un pequeño cuadrado con letras grandes , y en medio de palabras de condolencia y duelo, se leía el nombre de ANA LAURA DANGOND GUTIERREZ, el amor de su vida, la mujer que por más de cincuenta años fue la verdadera dueña de su corazón, había fallecido.

Una vez superado el shock de la noticia, y consciente ya de lo que aquello significaban intentó ahogar el llanto que le sobrevenía, pero el caudal incontenible de su dolor era de tal magnitud que se entregó a la endecha y el lamento; largas horas de sollozo y pesar le siguieron. Aquella mañana dejó el sol de brillar, las aves dejaron de cantar, la brisa ya no corría, nada tenía sentido para él.

Recordó con nostalgia a aquella bella mujer que hacía mucho tiempo atrás había conocido, la misma que tuvo a bien autoproclamarse dueña de su amor eterno, aquella junto a la cual, múltiples planes de una vida en común llenaron las eternas noches de sus años mozos, aquella que siendo su primer amor, llenó su vida de una felicidad incomparable.

Sin embargo, a su mente llegaron a la vez, los miles de reproches de su dolido corazón, por cuanto no había sido capaz de mantenerla a su lado, -eran tiempos difíciles, éramos muy jóvenes e inexpertos entonces, a ciencia cierta, no sabíamos lo que estábamos haciendo, no sabía lo que estaba dejando ir-, decía para sí mismo a modo de consuelo, pues aquella dama de noble corazón se había entregado a él en cuerpo y alma, muchos años atrás, sin embargo no tuvo la valentía suficiente para luchar por ella.

-Eran años difíciles, sí que lo eran- las múltiples dificultades que a nivel económico vivía, obligaron a Juan Manuel a dejar su terruño y todo lo que tenia para aventurarse a trabajar en las minas de esmeralda, movido por el firme propósito de hacer dinero, amaba a Ana Laura y deseaba más que nada en el mundo ofrecerle la estabilidad y las comodidades que una dama con ella merecía, obviando que lo único que ella le había demandado era amor, fidelidad y compañía.

Los meses pasaban y  semana tras semana a las lejanas tierras de Boyacá llegaban las misivas de su amada, narrándole en detalle todos y cada uno de los eventos que acontecían en su ausencia, confesándole las ansias con las que impacientemente le esperaba para que pudieran casarse  y vivir  el idilio que tanto soñaban... cuánto  dolor le traían aquellos recuerdos.

Dolía, pues recordaba como decidió, una tarde de mayo, en medio de la desesperación que el poco dinero que ganaba le generaba; decidió decirle adiós a su  amada, frustrado por el paso del tiempo y la prolongación de su difícil situación, escribió una carta en la que le invitaba a olvidarse de él, a no esperarlo más, a conocer otras gentes y continuar cada cual su camino por separado... y recordaba demás, como después de haberlo hecho no supo más de la vida de su doncella.

Pasaron los años, y él, convencido de que había hecho lo correcto al aplicar aquel adagio popular que reza: "si amas a alguien, déjalo ir", se resignó a vivir sin ella; aunque a decir verdad nunca le olvidó, nunca dejó de "amarle" a su manera, en silencio, en las sombras, en los pensamientos y las fantasías...

No entendió, sino hasta ahora, cuando ya fue muy tarde, que por más que sus intenciones fueran nobles a su juicio, había decidido por los dos, sin importarle  lo que aquella mujer que le amaba pensara, sin importarle si ella estaba decidida a luchar a su lado, a esperar a su lado... decisión que esa mañana se reprocho miles de veces.

Ana eventualmente lo superó, un amor nuevo tocó a su puerta, y habida cuenta de que este nuevo pretendiente, aun teniendo similares limitaciones a las que atormentaban a Juan Manuel, no declinó en sus intenciones de conquista, unió su vida a un amor nuevo y floreciente que le acompaño hasta el último instante de su existir... (No entendió Juan Manuel en su momento, que lo que verdaderamente sueña toda mujer de verdad, no es un hombre con dinero o bastas riquezas, sino un hombre que les brinde ante todo seguridad emocional, alguien que esté dispuesto a vivir lo bueno y lo malo junto a ellas en virtud del amor que se tienen), por esa razón lloraba como si su alma hubiese sido pulverizada.

Nunca mas volvió a saber de ella hasta este día, y aun cuando sabía que de aquel amor solo quedaban recuerdos a blanco y negro, siempre guardó la esperanza de volverle a ver, de admirar su sonrisa, de contemplarse a si fuese a lo lejos, cosa que no pudo ser, y que ya no sería...

Aquella tarde gris, el cortejo fúnebre se adentraba en los verdes jardines del cementerio, mientras a lo lejos, vestido completamente de negro y oculto tras un matarratón estaba Juan Manuel, quien esperó largas horas a que todo acabase, a que todos abandonasen el lugar para acercarse a la tumba y dejar sobre la lápida una rosa blanca, acompañada de una nota  que decía: "mi cobarde corazón te amará por siempre"





domingo, 27 de enero de 2013

Completo Incompleto...

Amanece en la ciudad...

Por estos días de enero, lo vientos alisios visitan el caribe llenado el ambiente con una muy acogedora atmósfera, muy propicia por cierto, para el romance, los abrazos y todas aquellas cosas que por motivo de la inusitada frescura se nos ocurren.

La brisa fría de la mañana golpea mi ventana susurrando una melodía que a muchos resulta tenebrosa, sin embargo a mi, la tonada me parece arrulladora, me invita a perderme nuevamente en el mundo de los sueños, descansar, olvidarme del mundo...Y de veras quisiera poder hacerlo, cerrar los ojos, volver a dormir.

Pero inexplicablemente no lo consigo, ya me es imposible, aún cuando mi cuerpo lo pide a gritos y el ambiente es el propicio, no logro dormir... Me hace falta algo.

Molesto doy vueltas en mi cama, intentando infructuosamente hallar acomodo y descanso; pero noto que no es incomodidad, ni frío, ni calor... En síntesis, no es nada que por mi cuenta pueda solucionar, algo falta!

Que otra cosa podría ser, sino tu compañía, que más podría faltarme sino tu...

Extrañamente, te extraño... Aunque jamás he tenido la dicha de despertar a tu lado, y ver tu rostro al alba...

Posiblemente sea la  idea de la enorme distancia que nos separa, lo que me abruma y me desespera, obligándome a abrazarme  a mi almohada, cual si de tu cintura se tratase...

Regresa pronto, vida de mi vida, alma de mi alma, pues eres tu lo que a mi vida le falta... 




-Se recomienda acompaña esta lectura con la canción: "Completo incompleto - Jarabe de Palo"-
http://youtu.be/-67zft8myzE