lunes, 25 de agosto de 2014

Bailemos...

Te escucho cantar, e inevitablemente baila mi corazón...

Cada noche, y aún sin proponértelo,  susurras hermosas melodias a mi oído...

Tonadas suaves que se confunden con la brisa del mar, pero que reconozco a la perfección... El sonido del amor es inconfundible.

Cantas desde la lejana estrella en la que anidas, pero con tal fuerza y tal sentimiento, que los acordes de tu sentir, resuenan en mi corazón armonizando con cada latido, con cada respiro.

Cada noche  imagino como será, como habrá de sentirse la vida vista desde el cálido abrigo de tu regazo...

Sueño despierto imaginado el futuro... El tiempo perfecto en el que nuestros corazones  bailen al compás de los besos a la madrugada...  

Perfecta será la tonada de nuestro imparable querer, y gustosa la melodía de nuestros cuerpos al amar.

Serán tus formas de guitarra el único instrumento que mis diestras manos deseen tocar...

Será tu voz entrecortada la más sublime nota que escuchare jamás...

Será el amor... Nuestro amor otoñal, la música que nos invite a bailar.




Te quiero para mi

Torpes y desordenadas ideas revolotean en mi cabeza esta noche, ojalá pudiera organizarlas, o al menos encontrarles sentido, pero en estos momentos me es imposible.

Quisiera poder decir que pronto habré de solucionarlo, que pronto pasará, y que todo volverá a ser como antes... Pero no puedo, y peor aún, no quiero...

Debes entender que tu descubrimiento ha significado para mi un punto sin retorno... 

Hallarte ha sido como permitir a un ciego ver por breves instantes, para luego obligarle a volver a la penumbra...

 ¿Quien pues se quedaría en las tinieblas habiendo visto la más hermosa luz? 

¿Quien se preferiría  lo usual habiendo conocido lo extraordinario?

Muchos dicen que me has hecho mal, que para robarme la tranquilidad has aparecido, más yo difiero de ello... 

Ha sido necesario para mi el saberme incompleto, para encontrarle sentido y objetivo a la vida.

Hoy sólo estoy seguro de dos cosas, la primera es que no hay vida sin ti, o por lo menos no una que yo prefiera; y la segunda es que no seré feliz hasta que no te tenga; es esa mi condena, es esa mi verdad.

No es un asunto de necesidad, no me malentiendas... no se trata de que sin ti me falte el aire, ni nada por el estilo; pues soy plenamente consciente de que sin ti he vivido todo este tiempo y mal no me ha ido...

Lo que sucede morena mía, es que habiendote conocido ya, y sabiéndote cercana, no puede pedirme ya nadie que me conforme con lo usual, con lo normal...

Ya ello me es insípido...
Para mi, quiero lo extraordinario...
Para mi, quiero lo supremo...
Para mi, quiero tu amor.

martes, 19 de agosto de 2014

Mientras por ti esperaba...

Las horas pasaban, y con ellas se diluía mi tranquilidad, esa misma que a la verdad, no había estado presente desde el día en que te vi marchar... 

Sin embargo me las había arreglado para disimular, pues no convenía que nadie (salvo solo por ti en contadas ocasiones), supiera lo mucho que tu ausencia me afecta.

Usualmente no cuento el tiempo que pasa entre un encuentro y otro...entre un beso y el siguiente... pues a la verdad, bien sea poco o mucho el que transcurra, cada segundo en que no estas me parece una eternidad... (lo sé, como buen enamorado, soy un completo exagerado), sin embargo en esta oportunidad, el haber contado los días, las horas y los minutos que restaban para volverte a ver me había sido inevitable, y a la verdad no me hizo nada bien... Esperé, aguardé, esperé más... Luego entonces enfermé, decaí, agonicé...retomé fuerzas y nuevamente esperé... para completar un círculo vicioso que se repitió constantemente las últimas semanas.

Así las cosas, una vez llegado el momento pactado volví a mirar el reloj, y volví  entonces a flaquear, a desesperar...

Aún hoy no le encuentro razón a mi nerviosismo, a mi intranquilidad; si lo pienso bien, te he visto ya miles de veces, y  me conoces mejor que ninguna otra persona en este mundo, debería estar habituado ya a tu encuentro... Y pese a saber que mi emoción habría de ser grande, no me imaginé jamás encontrarme como me encontraba...

Justo al borde de un colapso mis manos temblaban, y mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho... quería gritar...llorar...correr...volar...me hallaba fuera de mi.

Y en ese instante, cuando la angustia de mi se apoderaba te vi llegar...

Inexplicablemente quise llorar, así es...ese fue mi sentir, esa mi sensación...
 Me esforcé entonces  por ahogar en un suspiro todo el sentimiento  que por mis ojos quería escaparse ...

Me fundí contigo en un cálido abrazo que duró lo que dura una eternidad (si, porque exagerado o no, mis momentos a tu lado detienen el mundo, el tiempo, y la vida misma)... y ahí en tus brazos comprendí, que la vida, aunque gris, nos ofrece momentos de incomparable felicidad como ese...

La espera terminó...
La angustia cesó...
Y  mi alma agotada, en tus brazos... su hogar encontró.