lunes, 25 de agosto de 2014

Bailemos...

Te escucho cantar, e inevitablemente baila mi corazón...

Cada noche, y aún sin proponértelo,  susurras hermosas melodias a mi oído...

Tonadas suaves que se confunden con la brisa del mar, pero que reconozco a la perfección... El sonido del amor es inconfundible.

Cantas desde la lejana estrella en la que anidas, pero con tal fuerza y tal sentimiento, que los acordes de tu sentir, resuenan en mi corazón armonizando con cada latido, con cada respiro.

Cada noche  imagino como será, como habrá de sentirse la vida vista desde el cálido abrigo de tu regazo...

Sueño despierto imaginado el futuro... El tiempo perfecto en el que nuestros corazones  bailen al compás de los besos a la madrugada...  

Perfecta será la tonada de nuestro imparable querer, y gustosa la melodía de nuestros cuerpos al amar.

Serán tus formas de guitarra el único instrumento que mis diestras manos deseen tocar...

Será tu voz entrecortada la más sublime nota que escuchare jamás...

Será el amor... Nuestro amor otoñal, la música que nos invite a bailar.




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