Una mañana como cualquier otra, desperté,
algo inquieto y asustadizo…
Pensé: “pero cuan equivocado estaba…”, y así lo era; en un momento mi vida, la que había sido
siempre tan igual, tan normal, había cambiado…
Una mañana como todas las demás
me levanté absolutamente convencido de que mi corazón no era ya el mismo,
ya no era mio…
Una mañana tan igual a las que
habían sido, y en nada distinta de las miles que espero vengan, saludé al sol con una inusitada alegría, sintiéndote
a ti muy dentro, tanto que llegué a asustarme...
¿Sería posible acaso, sentirse
tan feliz? ¿Sería real todo este cuento maravilloso y rosa, o era otra vez mi
mente, atontándome con sueños de placebo?
Entendí entonces que no era la mañana la que había cambiado, ella y sus paisajes seguían siendo los de siempre...
Lo que había cambiado y que ya no sería igual, era mi corazón, pues como dije ya no me pertenecía, era tuyo…
Decidí entonces seguir durmiendo,
por si acaso se trataba de un sueño, ya que no
quería por ningún motivo despertar, la idea de pertenecerte no me disgustaba en absoluto…
¿Y por qué soñar en lugar de vivir la realidad? Pues porque en mi sueño llegaste a mi vida cuando en
medio de la abrumadora soledad me sentía morir, y con una sonrisa cambiaste mi
mundo, con un abrazo me diste aliento y con tu amor me cautivaste el alma…
Justo cuando pensaba que nada
podía ya sorprenderme, que todo en materia de amor estaba dicho para mí… apareciste
y me enseñaste a ver el mundo con tus ojos, a sentir la vida a través de
tus latidos, a vivir la felicidad enredado en tus brazos…
Por eso, con cada instante que
pasaba, mas decidido estaba a seguir durmiendo, a seguir soñando, pues si era sólo eso, un sueño, mejor era mi
noctámbula fantasía que la realidad, ya que había descubierto en tu mirada mi paz, en tu silencio mi desesperación más profunda, y en un beso
tuyo, que es posible volar…
Y a aquellos que me juzgan les pregunto: ¿Quien de ustedes querría despertar de un sueño en el que ve
ante sus ojos todo lo que tanto ha anhelado?
¿Para qué? ¿Para volver a una realidad en donde aquello que se
ama es tan distante como las estrellas?
Decido entonces seguir soñando,
seguir disfrutando de cada instante que
la vida me permite vivir mi fantasía a tu lado, pues no sé si alguno de estos
días tenga que despertar…
Me miras entonces, y así de repente, mientras tu
mano acaricia suavemente mi sien, me dices: no sueñas, contigo estoy…
Mis labios buscan tus manos de
seda, y mientras te beso sonríe mi alma y justo así… sintiéndote a mi vera, mi
realidad es más hermosa de lo que alguna
vez soñé…
(Se recomienda acompañar esta lectura con esta canción: "te sueño" - Lucas Arnau)
http://youtu.be/rzYvLvacvMA