Y a esta hora, cuando el silencio es tan elocuente y la añoranza tan insistente, es justo cuando haces más falta...
No digo que tu ausencia no se sienta durante las horas hábiles de mi día, pues en el mundo, mentira más grande no existiría...
Pero confieso que justo cuando el sueño me falta, suelo soñar despierto que tu calor me abraza...
Justo cuando el insomnio me llama, suelo imaginarme, velando tu sueño, acostado en tu cama...
Justo cuando el silencio y la penumbra son más densos, mi alma añora tu risa y mi ojos tus gestos...
Justo cuando mi mente me reclama el sueño que me falta...
Justo cuando la vida me sorprende con esta oscuridad extraña...
Justo ahora, amada de mi alma...me pesa tu ausencia, me duele, me espanta.