Han sido tantas las promesas,
fueron tantos los adioses,
tantas y tan desordenadas las lágrimas,
tantos y tan amargos los besos de
despedida...
Tanto lo vivido, tanto lo sentido, tanto
lo amado,
tanto lo expresado, tanto, que aún hoy
cuesta decidir,
si en realidad merece ser olvidado...
Inusitadamente apareciste en mi vida...
Así, tan inesperada y sublime como fue mi aparición en la tuya...
Bien
recuerdo esa madrugada como si hubiese sido ayer y no hace ya
seis años...
Al otro lado de la línea y en medio de
penumbras,
empezamos a hablar de nosotros, hipotéticamente
claro está,
definíamos nuestra situación (o al menos
eso tratábamos),
intentado rebuscar palabras para decirnos
el uno al otro lo que
ya hacía mucho tiempo nuestros ojos gritaban...
Yo pedía que mandaras señales, mientras tú
anhelabas cantarme una canción, una que dijera lo que no te atrevías a
decir, una que dijera quien eras, y lo muy feliz
que querías hacerme...
Confuso momento aquel en el que me sentí
cien por ciento al descubierto,
tu.. una mujer hasta hacía solo unos meses
desconocida, me habías visto el alma,
y lejos de asustarte o indignarte,
fascinación era lo que tu voz expresaba...
-"Y para que lo hice...luego de esto que"... pensé
vagamente por un instante, pero la euforia y la excitación que experimentaba mi corazón, no tenía
igual,
y no pensé, me dediqué a sentir, a vivir, a probar, a soñar...
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