jueves, 29 de diciembre de 2011

AQUEL DE LENTO CAMINAR




Que afortunado hombre, es aquel que va cruzando la avenida,
La vida le ha enseñado, que de nada nos sirve correr, si no sabemos aún a donde nos dirigimos.

Con sus lentos pero firmes pasos, ha recorrido un camino que muchos de nosotros, probablemente no completemos,
Ganancia es hoy para el, el caminar despacio, porque de muy dura manera aprendió lo que a muchos nos falta aún:
“La carrera de la vida, no hay que correrla velozmente, porque es una sola, y mucho dolor te causará desperdiciarla, se sabio y llegaras feliz a la meta…”

Mírenlo, como exhibe lleno de orgullo su blanca cabellera,
Porque con el pasar de los años, ha entendido, que de nada sirven el cuidado  y la belleza a un alma sucia y harapienta,
Vanidad de vanidades es todo en el mundo, y ya habiendo conocido la mayoría de las cosas, no se puede más que disfrutar lo vivido y ser feliz en plenitud.

Que no daría yo, por tener esa oportunidad, porque no hay felicidad mas grande que cargar en brazos al hijo de aquel que una vez estuvo en tus brazos, y hoy te está devolviendo aquella alegría, aquella sensación inolvidable.

Su salud no es perfecta, mas esto no mengua su contento, porque en medio de sus quebrantos ha entendido, que cada día es una bendición, por eso camina lento
Para disfrutar plenamente de su ración diaria de exquisitez.

Aquel hombre de lento caminar, al cual muchos de nosotros ni siquiera determinamos, ha dejado de preocuparse por esta vida vana y ha empezado a disfrutar de su experiencia; bendecido es este hombre…ojala algún día tenga yo tal bendición

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