Una pregunta carcomía mi mente desde aquella trasnochada conversación, me asfixiaba, me intrigaba, necesitaba saber... "¿Vale la pena seguir esperando?"
Eran ya casi 5 años los que había visto pasar, 55 meses, 220 semanas, más de 1600 días... una espera interminable, entre una soledad calcinante y la esperanza que gota a gota se diluía.
Las largas noches me han hecho entender, que existen fuerzas mas grandes que las nuestras, llámalo destino, voluntad divina, karma, o como mejor te parezca; lo cierto es que he decidido dejar de aferrarme a esto, que no sé como se llama, ni para donde va...
Que no se nos pase la vida esperando, y que la muerte no nos visite llenos de arrepentimientos.
A ti, mi eterno cariño y mi amor incondicional, "...Que todo lo bueno te siga, te encuentre, te abrace y se quede contigo...y el resto que pase de largo"
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